En muchos procesos técnicos se crea calor no utilizado, como en el caso de los centros de datos y las centrales eléctricas. El calor del proceso debe disiparse para proteger a las personas, las plantas y los productos de esta energía térmica. Las plantas de refrigeración por evaporación, también conocidas como torres de refrigeración, cumplen esta función. Como el agua de refrigeración tiende a espesarse durante la evaporación debido a la disolución de sales y materias sólidas, y como es un caldo de cultivo para organismos (algas, patógenos), la calidad del agua debe ser controlada permanentemente.