Si eres ingeniero/a, seguro que alguna vez te has encontrado con el amoníaco. Es un gas incoloro que se utiliza en diversas aplicaciones, como refrigeración, fertilizantes e incluso en la producción de polímeros. Sin embargo, trabajar con amoníaco puede ser peligroso, ya que es tóxico e inflamable. Para evitar cualquier percance, es necesario vigilar de cerca su concentración. Y aquí es donde el electrodo de amoníaco viene al rescate. En este blog, hablaremos de qué es un electrodo para amoníaco, cómo funciona y por qué es crucial para las industrias que utilizan amoníaco.
El amoníaco tiene muchos usos en la industria. Se utiliza como ingrediente en la producción de fertilizantes, así como en la fabricación de productos químicos como refrigerantes, tintes, lejías y productos de limpieza. El amoniaco también se utiliza en la producción de explosivos, en el refinado de petróleo y como ingrediente en mezclas de gases para soldadura. Un uso importante del amoniaco es como refrigerante en sistemas de refrigeración, incluidos sistemas de aire acondicionado, frigoríficos, congeladores y otros equipos de refrigeración.
El amoníaco es un gas con buenas propiedades refrigerantes, que se caracteriza por su alta eficiencia y bajos costes de funcionamiento. Gracias a estas propiedades, se utiliza ampliamente como refrigerante en sistemas de refrigeración, especialmente en grandes sistemas industriales de los sectores alimentario, farmacéutico y químico, entre otros, pero también en la industria de generación de energía.
En los sistemas de refrigeración, el amoníaco fluye a través de un sistema cerrado de tuberías, intercambiadores de calor y compresores para extraer el calor del aire o de otras sustancias y transportarlo a la planta de refrigeración.
En los sistemas de refrigeración con amoníaco, existe el riesgo de fuga de este gas, que, debido a las propiedades tóxicas de la sustancia, supone una grave amenaza para la salud y la vida de las personas. Este gas puede causar irritación de las vías respiratorias, dificultad para respirar y, si la exposición es prolongada, incluso la muerte. Además, el amoníaco puede inflamarse fácilmente en contacto con el aire.
Esquema de una instalación frigorífica de amoniaco
Uno de los métodos más eficaces para detectar fugas de amoníaco es el uso de un detector de amoníaco. Estos dispositivos funcionan detectando cambios en la concentración de amoníaco en los líquidos. Si la concentración supera un determinado nivel, el detector emite una alarma sonora y/o visual. Esto permite una respuesta rápida, que es crucial cuando se detectan gases tóxicos.
La sonda de detección de amoníaco es uno de los métodos más eficaces para detectar una fuga de este gas tóxico.
La sonda de detección de amoníaco JUMO es un dispositivo que se utiliza para detectar fugas de amoníaco en soluciones líquidas en plantas de refrigeración y otros lugares donde se utiliza este gas. El principio del sensor se basa en la medición de la concentración de amoníaco en la solución mediante el cambio del pH del electrolito, que está contenido en la sonda de amoníaco.
La construcción del sensor consiste en un electrodo de pH y un electrodo de referencia, colocados en un electrolito separado del medio de prueba por una membrana de PTFE. Cuando el amoníaco penetra en la membrana, modifica el pH del electrolito, que es medido por el electrodo de pH.
La dependencia del pH de la concentración de amoníaco en la solución está bien documentada y permite la detección precisa del amoníaco, lo que resulta especialmente útil en la medición de gases tóxicos. JUMO ha utilizado una membrana especial de PTFE como elemento protector contra la humedad para el sensor, lo que garantiza una mayor vida útil y fiabilidad.
Los detectores de amoniaco JUMO pueden utilizarse para medir el contenido de amoniaco de líquidos en cámaras frigoríficas, laboratorios y sistemas de aire acondicionado. En la mayoría de las aplicaciones, no hay necesidad de un sistema extenso y este sensor de gas combustible autónomo es suficiente.
El detector de amoníaco JUMO es una herramienta que permite la detección rápida y fiable de fugas de amoníaco en diversos tipos de instalaciones, incluidas las plantas de refrigeración. En comparación con otros métodos de medición, el detector JUMO ofrece muchas ventajas.
Una de las mayores ventajas del detector de amoníaco JUMO es la sencilla sustitución del diafragma, que permite cambiar rápida y fácilmente un diafragma dañado sin necesidad de acudir a un especialista. El detector JUMO está equipado con tapas de diafragma ya preparadas, que se colocan fácilmente sin tener que sustituir todo el detector y garantizan la fiabilidad y la precisión de la medición.
Otra ventaja importante del detector de amoníaco JUMO es que puede utilizarse en plantas de refrigeración y analizadores de laboratorio. El detector JUMO permite detectar fugas de amoniaco de forma rápida y precisa, lo que resulta crucial para las plantas de refrigeración, donde las fugas de amoniaco pueden suponer una grave amenaza para la salud y la vida de las personas.
Además, el electrodo de amoníaco JUMO funciona según el principio de la dependencia del pH de la concentración de amoníaco en la solución, lo que permite una detección precisa y selectiva del amoníaco, incluso a bajas concentraciones. La membrana de PTFE, que protege el sensor de la humedad, también contribuye a la precisión de las mediciones y a la durabilidad y fiabilidad del detector
El detector de amoniaco JUMO ofrece, en resumen, una serie de ventajas, como la sencilla sustitución de la membrana, los tapones de membrana ya preparados, así como la posibilidad de ser utilizado en diferentes tipos de instalaciones y analizadores de laboratorio.
Ejemplo de uso del detector de amoniaco JUMO en una cámara de refrigeración de amoniaco. La medición del detector se muestra en el transmisor de pH JUMO AQUIS 500.
El mantenimiento y la calibración del electrodo de amoníaco también son importantes. La membrana del sensor puede obstruirse o contaminarse, dando lugar a resultados inexactos. Para evitarlo, es necesario calibrar y limpiar con frecuencia el electrodo de amoníaco. El proceso de calibración consiste en sumergir el electrodo de amoníaco en una solución estándar de concentración conocida y ajustar el instrumento para que refleje los valores correctos.
El transmisor/regulador de pH JUMO AQUIS 500 para valores de pH, redox y amoniaco funciona bien con el detector de amoníaco JUMO. El instrumento debe disponer de las capacidades de control adecuadas
El detector de gases tóxicos JUMO es una herramienta eficaz para detectar fugas de amoníaco, que suele utilizarse en plantas de refrigeración. El principio de este sensor es medir el cambio de pH del electrolito causado por la difusión de amoníaco a través de una membrana hidrófoba. La membrana de PTFE protege eficazmente el sensor de la humedad, lo que contribuye a su funcionamiento fiable y a largo plazo.
Una de las mayores ventajas del detector de amoníaco JUMO es la sencilla sustitución de la membrana, así como las tapas de membrana ya preparadas. Esto hace que el uso de este dispositivo sea cómodo y no requiera conocimientos especializados. El detector de amoníaco JUMO no sólo se utiliza en plantas de refrigeración, sino también en analizadores de laboratorio.
Al utilizar el detector de amoníaco JUMO en plantas de refrigeración, hay que tener en cuenta el mantenimiento y la inspección periódicos para mantener su eficiencia y eficacia. Si se detecta una fuga de amoníaco, deben tomarse inmediatamente las medidas adecuadas para evitar riesgos para la salud y la vida de las personas y los animales.