La caja de engranajes de las ruedas transmite la fuerza de accionamiento a las ruedas motrices. Las enormes cargas que soportan los rodamientos y los flancos de los dientes del engranaje generan calor y se hacen manejables lubricando con aceite. Por razones de seguridad, el control de la temperatura es esencial para garantizar un funcionamiento fiable del engranaje.