El control automatizado de la temperatura, la humedad y el valor de pH minimiza los errores y mejora la eficacia de la cámara de refrigeración. Los datos del proceso se adquieren y visualizan en tiempo real para que los operarios puedan reaccionar rápida y fácilmente ante posibles desviaciones. La combinación de ambos conduce a una reducción de los costes de funcionamiento, así como a un aumento de la calidad y la seguridad alimentaria de los productos finales.